Apenas el pasado viernes arribó a nuestro país el Papa Benedicto XVI y con él una serie de polémicas entre las cuales se destacaba el uso de la fe como herramienta política en tiempos electorales. Además muchos se preguntaron si el sumo pontífice se proclamaría en contra de las muertes crecientes causa del apoderamiento del narcotráfico en relación con la deficiente manera del gobierno federal para controlarlo y por otro lado si ofrecería algún tipo de aliento y/o disculpas a los cientos de víctimas de pederastia clerical en nuestro territorio.
Al final esto quedó muy alejado de lo esperado y lo único que podía verse en los eventos públicos a través de la cobertura total en los medios, era un gran regozigo y un fanatismo asqueroso de políticos hipócritas y miles de fieles al borde del éxtasis.
La verdad es que para mí fue un show mediático que únicamente buscó apartar la vista de la preocupante realidad que vivimos y que nos deja plantados una vez más en el limbo que es la política mexicana.
Obviamente yo no podía dejar pasar la oportunidad de cometer una herejía en medio de tanta sacrosantidad y es por eso que me animé a crear esta representación del paseo del papa por México. Es el puro trazo, pero en un futuro no muy lejano tendrá colores bien padres.
Podrán notar algunos elementos de los que hago referencia en este texto y espero de corazón no herir demasiado la sensibilidad de los que aún creen en Santa y en los Reyes magos.